jueves, 5 de julio de 2018

Sex, Not Love

Mi relación con Hunter Delucia comenzó al revés.

Nos conocimos en una boda, él sentado en el lado del novio, yo sentado en el de la novia. Mirándose el uno al otro durante toda la noche, no se podía negar una intensa atracción mutua.

Cogí el ramo; él atrapó la liga. Hunter me sostuvo con fuerza mientras bailamos y sugirió que exploramos la chispa de química entre nosotros. Su boca contundente y sucia debería haberme apagado. Pero por alguna razón loca, tuvo el efecto opuesto sobre mí.

Terminamos en mi habitación del hotel. A la mañana siguiente, me dirigí a casa a Nueva York dejándolo atrás en California con el número equivocado.

Pensé en él a menudo, pero después de mi última relación, había renunciado a hombres encantadores, engreídos, preciosos como el pecado. Un año después, Hunter y yo nos volvimos a encontrar en el nacimiento del bebé de nuestros amigos. Nuestra atracción no se había atenuado ni un poco. Después de un viaje vertiginoso, esta vez exigió un número de teléfono real. Así que lo dejé con la de mi madre, ella podía ahuyentar a cualquier hombre con sus conversaciones sobre bebés y matrimonio, y volé a casa.

Pensé que era gracioso, hasta la semana siguiente cuando tocó el timbre en la casa de mamá para la cena del domingo por la noche. El hombre loco y hermoso se había ganado a mi madre y había tomado una asignación de ocho semanas en mi ciudad. Él propuso que pasáramos ese tiempo jodándonos unos a otros de nuestros sistemas.

¿Ocho semanas de sexo alucinante sin ataduras? ¿Qué tengo que perder?

Nada, pensé.
Es solo sexo, no amor.
Pero ya sabes lo que dicen de los mejor establecidos planes ...

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